O dicho con otras palabras, ¿Cómo me puede hacer ganar dinero a un Bufete de Abogados la Digitalización y Transformación Digital?
La transformación de los servicios jurídicos se plasma en evidencias tales como la llegada del Legal Project Management o el replanteamiento de la forma de vender los servicios mediante el Legal Design. En muchas ocasiones los negocios ven la tecnología como tabla de salvación para vender más, para vender más caro, para captar más clientes, para gastar menos… Y en la coyuntura actual, los despachos de abogados no son la excepción.
Pero debemos decirlo muy clarito: la tecnología no es la solución de ningún problema y mucho menos el de no ser rentables.
La tecnología es la herramienta para implantar soluciones definidas por nuestro Bufete.
Para entender qué es Digitalización y Transformación Digital, y cómo pueden ayudarnos en un despacho de abogados, primero debemos saber qué es lo que no son: No es Digitalización ni Transformación Digital la implantación de nuevas tecnologías (puede o no ser necesario cambiar nuestra tecnología para digitalizarnos); tampoco lo es gastar más en tecnología (aunque en algunos casos será necesario); no lo será vender on line (puesto que no es un mero cambio de canal); no tiene que ver con la gestión de redes sociales;
Es en esta encrucijada cuando las soluciones de Legaltech y el desarrollo de nuestra propia visión de ver la tecnología cobra sentido.
¿Tiene tu bufete una forma particular de ver el Derecho? Pues ahora aplica esa personalidad a la forma de relacionarse con la tecnología y deja que el negocio fluya.
En conclusión: La Tecnología sin control no sirve de nada
¿Qué es Digitalización de un Despacho de Abogados?
La digitalización se define como la transformación de un producto analógico en formato digital. Así por ejemplo, la digitalización de la factura nos da como resultado la factura digital que en sí misma es el mismo producto y responde a las mismas necesidades que la analógica. Implantar las facturas digitales en nuestro despacho no ofrece ninguna transformación, sólo digitaliza un proceso previo. Lo mismo podemos predicar de la implantación de LEXNET.
Ahora bien, la digitalización puede ser el trampolín para iniciar procedimientos nuevos que impliquen la transformación de nuestros procesos. En el ejemplo de la factura digital, una vez digitalizada podremos transformar la entrega de la factura sustituyendo su envío por correo postal por una puesta a disposición del cliente en una plataforma que es un proceso absolutamente diferente: pasar del envío a la descarga.
La digitalización en términos generales, no sólo puede suponer un ahorro en los costes de gestión, si no que permite (y esto es lo más importante) tener datos. Cualquier documento en formato digital permite que los datos que contiene sean objeto de un tratamiento más rápido y con mayor volumen que en los documentos analógicos. Y cuando tenemos datos comienza la magia.
Lo datos, convenientemente tratados nos darán información. La información adecuadamente estudiada nos dará conocimiento. Si del conocimiento conseguimos adelantar conclusiones llegaremos a la sabiduría, y eso nos dará una posición de ventaja frente a nuestros competidores.
Cualquier base de datos sirve para tomar una decisión empresarial en base a los datos que en ella se almacenan. El valor de esa base será igual al valor de la decisión que soporta. Si la digitalización nos permite tratar los datos a mayor velocidad, nuestras decisiones podrán ser más rápidas, más flexibles y más acertadas, permitiendo que obtengamos mayor aprovechamiento de los datos de que dispone nuestra organización.
¿Qué es Transformación Digital?
La Transformación Digital es la adaptación de los procesos y recursos empresariales al entorno digital. La Transformación implica el conocimiento de los procedimientos de tu Bufete de abogados, con una adecuada definición de todos ellos, encontrando aquellos procesos que pueden ser modificados mediante la utilización de tecnología.
Transformación Digital es por lo tanto un cambio en lo que se hace (no sólo en cómo se hace, como sucedía en la Digitalización). La Transformación Digital implica el cambio de la cultura del proveedor de servicios jurídicos.
Es por esto que las soluciones tecnológicas serán (o no) herramientas útiles para nuestra Transformación en Legaltech, pero necesariamente deberán estar alineadas con nuestra estrategia a largo plazo de cambio de cultura en la prestación de servicios jurídicos.
En el momento de planificar la Transformación Digital debemos contar con todos los recursos de nuestro Bufete. Existen recursos tangibles y consumibles como son los recursos económicos, los datos, las aplicaciones, y los bienes muebles e inmuebles. Pero hay recursos que son mucho más decisivos en cuanto a habilidades, como son la cultura de la dirección y de la organización, el nivel de madurez de los procesos, y el conocimiento.
En la era digital la existencia de procesos, seguir dichos procesos y acumular conocimiento puede resultar de mayor valor para competir que los recursos financieros. El mismo principio aplica para los profesionales, el conocimiento, el seguimiento de procesos, y la flexibilidad ante el cambio son los activos más valorados.
Alineación entre objetivos del Bufete y uso de tecnologías
Por lo tanto Legaltech no es la salvación sino una necesidad. Y en primer lugar el Bufete debe ser consciente de que se traducirá en un gasto que debe responder a los objetivos fijados para la prestación de nuestro servicio.
Así, el departamento de tecnología es en realidad un departamento de servicio a los letrados del Bufete. Si consideramos la tecnología como uno de los servicios internos de nuestro despacho podremos evaluar y medir el rendimiento de cada inversión en relación a los objetivos marcados para el desarrollo.
Sólo desde una visión holística del desarrollo de los objetivos del despacho, podremos definir las necesidades tecnológicas de nuestras estructuras y la rentabilidad y conveniencia de cada transformación.
Transformemos nuestro Bufete para que tenga una larga y próspera vida en el mundo digital.
